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 PARTE III. EL FLUJO INTERNO DE ISIS. 1ª PARTE 
"El Karma de las Llamas Gemelas - El Flujo Interno del ISIS

Parte III
 

Por Lorraine Michaels

 

Diciembre 2 de 2012

 

En la parte I, relaté cómo había recibido la dirección de irme a vivir a California una vez se terminó nuestro contrato de arriendo. La información llegó cuando recibí algunas palabras sobre cambiarme de casa. Le pregunté a mi YO SOY, "¿Dónde?” Rápidamente descubrí que el área donde tenía que trasladarme era en el norte de California.Instantáneamente supe que estar cerca del Monte Shasta era el deseo de los Maestros. En un principio recibí la impresión de que necesitaba irme a vivir cerca de un lago y deseaba muchísimo estar alejada de cualquier ciudad grande. Entonces empecé mi búsqueda, mirando lugares que pudiera arrendar al rededor del Monte Shasta.

 

Al principio, lo que apareció no parecía tan malo, los precios eran bastante razonables, pero luego empecé a ver los vecindarios, la edad de las casas y las vibraciones de los pueblos y supe que no podría vivir en aquellos lugares. Luego recibí la inspiración de mirar qué estaba  en venta. Yo sabía que con una pérdida o "ejecución” de hipoteca (porque el banco se hizo cargo de la misma), jamás me darían un préstamo, especialmente con el mercado actual y la estrechez de préstamos de los bancos. Sin embargo, recibí la inspiración de buscar. Eventualmente, encontré una hermosa casa cerca a un gran lago, la cual necesitaba reparación y, por lo tanto, el precio era bueno. ¿Podía yo misma arreglar esta casa? Sentí que éste era el lugar y decidí conducir hasta allí y verla. Pero, como tomaba un día conduciendo y no podía hacer esto con frecuencia, hice arreglos para ver una casa más que me había gustado mucho, en caso de que algo pasara. Quedaba al frente de las montañas de la casa que estaba cerca del lago y, de ese modo, por lo menos tenía dos opciones.

 

 

 

Era abril y el clima en las alturas era el de la típica primavera húmeda. Pero yo necesitaba comprar un lugar y cerrar el negocio para el primero de mayo, incluso si el clima no era bueno. Entonces, conduje en compañía de algunos amigos. Había dos rutas y elegí la primera, la cual nos conduciría al Monte Hoody, luego, más allá del Monte Shasta, lo que era un paseo hermoso. El Monte Hood porta las energías del Padre y el Monte Shasta las energías de la Madre.Tal cual, cuando pasamos por el Monte Hood, se sentían estas magníficas energías del Poder. En la medida en que conducíamos hacia el sur, el día se cubría más y más y, sin embargo, las nubes no podíanesconder la magnificencia del Monte Shasta. Este era majestuoso y, en la medida en que nos acercábamos, uno podía experimentar un sentimiento que inspiraba asombro y reverencia. Las fotos no pudieron captar el sentimiento.Los ojos de uno reciben esta majestuosidad pero nuestros sentimientos reciben algo que no puede ser captado en una imagen – es una experiencia.

 

Cuando llegamos al Condado Shasta, atravesamos un paso estrecho entre las montañas para llegar a la primera casa, sólo para encontrarnos en un clima de nieve al cruzar ese barranco. Cuando llegamos a la casa, fue un gran desencanto. Así, en medio de una fuerte nevada, después de una larga manejada a través de un área lejana y cubierta de bosques, finalmente llegamos. Pero la casa necesitaba mucho más trabajo del que yo podía lograr y no me gustó la distancia a los principales pueblos ni la necesidad de cruzar esa cordillera. Así, condujimos de nuevo por el paso estrecho, ahora sí con cielo despejado y un mejor clima. Las cosas mejoraban.

 

Lo que encontramos en la segunda casa fue exactamente lo que necesitaba. Parecía perfecta.  Sentí que ésta era la casa donde podía vivir e hice una oferta.Sin embargo, más tarde me cayeron proyecciones como: "¿Qué has hecho? ¡No habrá nadie allí que te ayude!” y energías negativas de tipo "Esto será demasiado difícil”. ¿Podría realmente vivir sola, lejos de la familia o amigos, y cuidar yo misma de una casa? Tan sólo tenía cierto dinero y la casa costaba más de lo que tenía. El banco tendría que bajar el precio si yo iba a cerrar el negocio. Me golpearon todo tipo de energías y, sin embargo, continué con la compra, entregándolo todo a la Voluntad de Dios.Y luego, el banco aceptó mi oferta. La casa había estado en "ejecución hipotecaria” (NdeT: Cuando se pierde la hipoteca y se devuelve la casa al banco por falta de pago) pero estaba en buena forma y necesitaba algo de trabajo. Sentía que no era imposible lograrlo yo sola. Poseo este espíritu de "Yo puedo hacerlo” y rápidamente descubrí que sería útil en los meses que vendrían.

 

Comienza el trabajo espiritual y físico

Mi hijo se ofreció a viajar y aayudarme a trastear y a arreglar cualquier cosa que yo no pudiera hacer por mí misma. Ofreció colocar una estufa demadera y acepté feliz. Encontré una hermosa estufa usada en Portland y la traje conmigo. El trasteo salió bien porque recibí mucha ayuda y, poniendo manos a la obra, arreglamos de manera temporal una cerca caída, una puerta y otras cosas, así como empezamos la instalación de la estufa de madera.

 

Al principio no salió bien. No podíamos lograr armarla correctamente y él no pudo terminar el trabajo antes de de su partida. Me aconsejó que consiguiera a un profesional para que lo terminara, habiéndose dado cuenta de que había un problema que no sabía cómo resolver. Me sentí muy desilusionada pero luego entregué todas mis expectativas sobre mi hijo y empecé a tratar de encontrar a alguien que instalara estufas. Unas pocas semanas más tarde, mi hijo dijo, de manera inesperada, que regresaría ese siguiente fin de semana para terminar el trabajo y yo ya había aprendido qué partes le faltaban para que él pudiera hacer el trabajo bien. Yo estaba feliz y luego descubrí cuál era el problema. Las tuberías de estufas no están hechas de manera universal y una marca no empata con otra. Una vez compré las partes correctas, mi hijo terminó el trabajo como un profesional, ¡sin haber instalado jamás una estufa de madera en su vida! Y más tarde comprendería la importancia de esa lección.Mi hijo vio que algo no estaba bien y estuvo dispuesto a decir que no podía hacerlo. Pero, en esas semanas que le siguieron, recibió inspiración para ayudarme a ver qué necesitaba para terminar el trabajo. Pudo haberme dejado pagar a otra persona pero se tomó el tiempo de manejar desde lejos y bajar a este estado a ayudarme. Él también tiene el espíritu de "yo puedo hacerlo”. Aquí había un masculino externo que estaba en contacto con su femenino interno.

 

Mientras tanto, otro miembro de la comunidad que me había ayudado a hacer el trasteo se quedó conmigo durantedos semanas más. La primera vez que mi hijo me dejó, me quedé llorando, sintiéndome abrumada con la enormidad de lo que había asumido. Era como una oleada de energía que me golpeaba. En ese momento, no comprendí cuán fácilmente nuestras más leves debilidades rápidamente pueden ser amplificadas por las fuerzas de la oscuridad que tratan de detener nuestras victorias. Sin embargo, rápidamente me volqué sobre la gratitud y las energías ya se habían desaparecido. Tenía tanto que agradecer y, realmente, obtuve una gran victoria. No tuve que obtener préstamo alguno y eso realmente había sidoun regalo y un milagro y jamás hubiera podido prever 18 meses antes (cuando me enteré de que la casa de Virginia tendría que ser regresada al banco) que esto ocurriría.

 

Me compuse rápidamente y los dos nos pusimos manos a la obra.Tuve dos semanas para utilizar su tiempo de manera sabia.Fueron dos semanas muy inspiradoras. Nos divertimos y todo fue un explorar y descubrir cómo hacer cosas que ninguno de los dos había hecho antes. Yo salí a comprar una sierra mecánica y nos pusimos a trabajar cortando árboles. Cortamos leña para el invierno e incluso encontramos una canoa "de segunda” en venta y la compré. Entonces, todo tiempo libre que teníamos, íbamos a montar en canoa por los lagos alrededor del área. El clima era hermoso y las cosas salieron bien. Arreglamos un tubo que goteaba y empezamos a limpiar el jardín de las agujas de pino que no habían sido recogidas en un año. Colgamos cuadros y colocamos los muebles y compartimos el cocinar y limpiar los platos. Siempre nos mantuvimos en armonía sin estar conscientes de cómo estar en este flujo juntos. En la medida en que exploramos mi nuevo hogar y las maneras de mejorarla, también exploramos el área, sus parques, lagos y montañas.

 

El tiempo pasó rápidamente y llegó el momento de que él partiera. Cuando me quedaba sola, entre visitas de personas que venían a ayudarme, trabajaba en proyectos. Pinté la parte interna y externa de la casa, reconstruí la veranda del frente, jardinié y arreglé y reparé cosas.Todo fue una lección que fue conduciendo a la comprensión de quién somos en ISIS. Y la manera en que iba a aprender era quedándome a veces sola y resolviendo yo misma los problemas o, a veces, estando con otras personas y aprendiendo a trabajar bien, de una manera no-verbal y, sin embargo, con comunicación fluída para resolver los problemas sin perder la armonía. Si bien jamás habíamos trabajado juntos de esta manera para erigir y crear a nivel espiritual (como se nos pedía que hiciéramos), experimentábamos un tipo de flujo armonioso.

 

Recibí a otro visitante  que vino a ayudar antes de una conferencia, lo cual trajo la prueba de trabajar juntos como masculino y femenino en un flujo de ISIS. No éramos conscientes de que se nos pondría esta prueba pero, antes de su llegada, fui bien preparada para nuestras lecciones juntos. Primero, tuve que llegar a este flujo del ISIS en el interior de mí misma. Tuve que aprender a tener a mi lado masculino y al femenino honrando, amando y compartiendo juntos en armonía porque trabajé, de manera consciente, para embellecer mi hogar y mi propiedad, mientras que le abría campo a ello en mi ya ocupada vida espiritual como Mensajera y Gurú.

 

En sintonía con el YO SOY                                             

Yo sabía que había algunas cosas para reparar y embellecer al comprar la casa pero, cuando inicié el proceso, no tenía ni idea de la cantidad de tiempo que realmente se necesitaba para estas mejoras. Muchas cosas surgían de repente, como todo dueño de casa sabe, problemas inesperados que debían ser resueltos de inmediato y algunos de ellos tomaban tiempo. Un día, mi intuición me dijo que fuera a revisar el medidor de agua. Sentía que, comparado con lo que yo estaba utilizando, demasiada agua había sido registrada en el medidor. Por lo tanto, tomé una ducha y revisé el medidor de nuevo, ¡sólo para descubrir que cuarenta galones de agua habían sido utilizados! Reflexioné en cómo hubiera podido utilizar esa cantidad de agua en una ducha ¡cuando comprendí que tenía que tener un escape! Cerré el registro del agua y revisé de nuevo y había aún algo  escapándose. Entonces, llamé al plomero porque el escape estaba en algún lugar bajo tierra. Necesitaba otra herramienta para cerrar el agua a la propiedad, la cual podía conseguir y comprar en la compañía de acueducto.

 

Antes de que llegara el plomero, al siguiente día, oré a Dios pidiéndole ayuda. En este enorme jardín, ¿cómo íbamos a encontrar el tubo roto? Me imaginé pasando meses buscando y mucho dinero gastado en ese esfuerzo pero también me imaginé (con mi lado femenino siempre siendo la optimista eterna) que yo misma podía encontrar el escape. No sabía por dónde empezar pero me sentí atraída hacia un grifo que no había podido reparar y que tenía un goteo lento. No podía aflojar las conexiones para reparar la llave porque estaban demasiado apretadas o corroídas. Fui allí donde empecé y fue allí donde terminé. Puro debajo del grifo, dos pies más abajo, encontré un terreno empapado y encontré el tubo roto. No sé qué me condujo a empezar por allí pero era alguna parte de mi lado femenino que se sintonizó precisamente con su saber en cuanto a dónde empezar. Le agradecí a Dios por ese milagro, que realmente era la sintonización del femenino con el YO SOY.

 

El plomero llegó y arregló el tubo fácilmente y me aconsejó varias cosas que me alegróaprender. Luego de tres días de no haber tenido agua, volvió de regreso el agua corriente y me sentí feliz de disfrutarla de nuevo. Las cosas funcionaron bien con el tubo durante los siguientes días y, por lo tanto, cubrí el piso de nuevo y me fui a la conferencia de España. Cuando regresé, todo parecía ir bien hasta unos días más tarde, cuando sentí la inspiración de revisar el medidor de agua una vez más.Descubrí que el medidor estaba marcando, si bien no estaba utilizando agua. ¡Tenía otro escape! Repetí la misma ronda, decidí que el escape estaba en el jardín y llamé al plomero y esperé hasta el lunes a que llegara, habiendo encontrado el escape el viernes en la noche. Pero, algo me llevó de regreso al tubo anterior y empecé a destapar allí de nuevo porque sentía que algo no estaba bien y, dicho y hecho, encontré el mismo tubo goteando otra vez.Saqué la tierra y descubrí que ¡se había roto el nuevo tubo que le habían colocado!

 

Ya para el lunes a medio día, el plomero aún no había llegado y, de repente, me sentí inspirada a arreglar yo misma el problema. Mi espíritu femenino de "Yo puedo hacerlo” se disparó y dijo: "¡Puedo hacer esto yo misma!” Había visto a otros hacerlo muchas veces, entonces, fui al almacén de herramientas, preparada con el tubo roto que había recortado y pedí lo que necesitaba. Armada con el pegante, el nuevo tubo y mi determinación, arreglé el tubo yo misma. Esto me enseñó una lección profunda. Mi lado femenino quería arreglar el tubo pero mi lado masculino pensó que no podía hacerlo y que debería dejar a los expertos el lograrlo. Eventualmente, mi lado femenino supo que podía hacerlo y se puso a hacerlo. Sé que este accesorio roto era el cielo conspirando para hacer que apareciera el mismo problema de nuevo y, así, yo pudiera ver algo sobre mí. Mi lado masculino le dijo a mi lado femenino: "Bueno, está bien, puedes tratar de arreglarlo pero déjame buscarte las herramientas adecuadas para hacerlo. "Él encontró una sierra en el garage para cortar el tubo y fue a la tienda para conseguir el pegante y los accesorios correctos.Luego, ambos se pusieron a trabajar y se divirtieron mucho trabajando juntos para repararlo.

 

Victoria de ISIS

Esa relación en mi interior empezó a ser algo común en mi vida. Muchas veces, estaba haciendo mi trabajo espiritual y, de repente, mi lado femenino expresaba a mi masculino: "Hoy vamos a pintar” o cualquier otra idea para hacer que el lugar se viera bien. Durante semanas, había estado planeando pintar el interior de la casa porqueel color de la sala era de un horrible color oscuro. Ya tenía untarro de pintura de 10 galones que me había quedado de mi trabajo en los establos y cercas de la granja en Virginia, cuando pintaba cercas. Tenía en mente el utilizar eso para pintar de blanco la fachada de la casa. Luego, durante el curso de varias semanas, compré pintura rebajada a mitad de precio para el interior de la casa, en el color que hubiera. Cuande acumulé por lo menos seis galones de pintura de varias tonalidades de blanco, violeta y azul, me sentí lista para empezar a buscar qué colores irían en qué habitaciones. Mientras que recogía la pintura, yo las ensayaba en las paredes con retazos y luego los dejaba secar para ver cómo se veían.

 

Un día, accidentalmente, recogí un galón de pintura verde pre-mezclada que estaba en venta porque a alguien no le había gustado la mezcla de color. Pensé que se vería bien si el tono se suavizaba un poco adicionándole algo de blanco y, por lo tanto, lo compré a mitad de precio. Pero cuando llegué a casa comprendí que había comprado un galón de pintura externa en vez de la interna. Eventualmente comprendí que era el color perfecto para el arreglo de la casa en la parte externa ¡y después de todo no había sido un error! Y así quedé lista con todo lo que necesitaba para pintar la parte interna y externa de la casa, faltándome solo el tiempo y el momento adecuado para empezar. Siempre espero para recibir la inspiración o la dirección para iniciar algo nuevo, dado que, generalmente, la dirección fluye a través de mi lado femenino y de su saber interno.

 

Durante días, mi femenino ensayó colores para lograr el color adecuado para cada habitación. La fechaen que realmente empezaría, se ladejó ella saber a mi masculino: "¡Mañana empezaremos a pintar!” Mi lado masculino se sentía impaciente por empezar pero mi lado femenino no lo dejaba hasta que ella tuviera la mezcla del color perfecto. Durante una hora, ella mezcló, probó y esperó a que se secara, hasta que encontró la tonalidad exacta de verde para la sala. Mi lado masculino se sentía nervioso por empezar pero tuvo que esperar hasta que ella dio la aprobación de que había logrado la tonalidad correcta. Eventualmente, dio con el color, ambos estuvieron de acuerdo y él empezo a pintar de inmediato. Hizo un buen trabajo y no regó nada de pintura y mi femenino valoró el trabajo y estuvo de acuerdo en que estaba bien hecho. Una vez empezó, mi lado masculino quería continuar sin detenerse y trabajó muy duro. Pero, eventualmente, mi femenino dijo: "Bueno, una pared más y podemos parar por esta noche”. Mi masculino estuvo de acuerdo y bajó la brocha y limpió todo.Ambos estaban felices. Él había "ido la extra milla”, pero no se había sobrepasado y ambos recibieron una victoria por ese día de trabajo.   

 

En ese momento, no comprendí lo que estaban haciendo juntos pero mi Ser Superior sí sabía y recibí que había una victoria ISIS. Yo no sabía por qué. No veía las partes de mí misma mientras que tomaba estas decisiones porque, con frecuencia, no prestamos atención a la procedencia de nuestras decisiones nia cómo se forman. Pero estaba aprendiendo.

 

Una de las habitaciones que pinté tenía un escritorio gigantesco y no podía sermovido. Mi masculino quería ensayar de todos modos mientras que mi femenino sabía que era imposible.Pero ensayamos y, en consecuencia, él safó la tapa del escritorio. Nos tomó una hora volver a colocar la tapa correctamente, dado que era un trabajo para dos hombres y mi femenino no le permitía hacer el trabajo a medias. Ella insistía en que él lograra que cuadrara de manera exacta o en que continuara hasta que lo lograra. Me metí en todo tipo de problemas porque algo se había quebrado en la parte inferior y la manera más fácil de arreglarlo hubiera sido quitando la parte superior por completo, pero el peso de la tapa del escritorio era demasiado pesado para mí como para manejarla sola. Entonces, mi lado masculino insistió en hacerlo en un lugar angosto donde apenas se podía llegar o ver. Se sentía frustrado porque veía que necesitaba alicates para alcanzar algo y, por alguna razón, no podía encontrarlos en la caja de herramientas. Estaba segura de que los había visto recientemente y que no hubiera vendido una herramienta tan útil  cuando nos mudamos. Mi femenino no se rendía y se fue a buscar por todos lados pero no lograba encontrarlos.Eventualmente, empezó a orar pidiendo ayuda y recibió la inspiración de volver a mirar en la caja de herramientas ¡y allí estaban!

 

Yo no sé qué fue lo que me impidió ver los alicates la primera vez pero mi lado masculino estaba muy feliz de que hubieran aparecido. La lección que recibí debió haber sido precipitada por el Cielo, de modo tal que yo no pudiera ver la herramienta aunque estuviera allí mismo.

 

Necesitaba aprender cómo el femenino siempre se vuelca hacia Dios para sus respuestas y problemas, pero no el lado masculino. Generalmente, él tiene la actitud de "Puedo hacerlo yo mismo” y continúa intentándolo con todo tipo de herramientas o diferentes maneras de resolver el problema, ¿sin pensar que a lo mejor podría pedir ayuda? El problema continuó en cuanto a cómo pintar detrás del escritorio pero mi femenino estaba decidida a que ella podía alcanzar hasta allá y, por lo tanto, trabajó en eso porque mi masculino no tenía la paciencia de hacer la tarea. Sin embargo, eventualmente, el cuarto se completó y ambos se sintieron contentos.

 

La parte externa de la casa fue un reto por la altura. Antes de dejar Portland, mi lado femenino se adelantó en pensamiento. Siendo económica, ella comprendió que si se compraba una escalera en una ciudad grande, las posibilidades de encontrar una usada eran mejores, dado que las escaleras de extensión son bastante caras. Si íbamos a colocar una estufa de madera y la chimenea, definitivamente necesitaríamos un tipo de escalera así y para otro tipo de problemas que pudieran surgir con el techo. Me siento tan feliz de que ellahubiera hecho eso, dado que he utilizado esa escalera para muchas necesidades del techo, tales como limpiar y arreglar las canales y liberar el techo de agujas de pino. Había sólo una con descuento y tenía 14 pulgadas y era muchísimo más grande de lo que necesitábamos. Pero el precio era correcto y la compramos. El único problema era que ¡era demasiado pesada para poder moverla yo sola! Pero mi femenino estaba decidida a maniobriar Pero mi femenino estaba decidida a maniobrar esa escalera sin importar cuánto tiempo me tomaba cada vez que la necesitaba. Una vez coloqué la escalera en su lugar, mi masculino se trepó  sin miedo a las alturas del techo y empezó a pintar o a limpiar en la parte alta de la escalera. Él jamás ha sentido miendo de las alturas pero mi femenino siempre oró para nuestra protección y con frecuencia se decía a sí misma: "Está bien, Dios está protegiéndome”. Mi masculino se sentía empoderado cuando todo parecía ir bien mientras ascendía la escalera y no la veía caer, y decía: "No hay nada que temer, ¡esto es fácil!”

 

Yo observaba este intercambio cada vez que subía esa escalera. Nunca fallaba. Ambos lados decían, prácticamente, las mismas cosas y el femenino siempre oraba. Al principio, quise castigar a mi lado masculino por ser tan excesivamente seguro y busqué colocarme del lado de mi femenino que era muy cuidadosa pero, luego, dejé que fueran lo que cada uno era, habiéndome dado cuenta de que eran partes que se complementaban y que ambas eran necesarias. "Tú ora”, "Tú súbete a las escaleras y trabaja intrépidamente pero, aún así, con cuidado, sabiendo que estás protegido y que, cualquier cosa que ocurra, se hará la Voluntad de Dios”. Con frecuencia hablaban el uno con el otro sobre lo que ocurriría si la escalera se resbalara, o si las fuerzas de la oscuridad me empujaran de la escalera. Siempre se reducía a confiar en la Voluntad de Dios y en creer que uno está protegido mientras que ellos llegaban a algún tipo de consenso y la paz reinaba y el trabajo se hacía.

 

Durante muchos días, yo terminaba un proyecto y recibía una victoria resonante de los Maestros. Eran palabras como: "ISIS Victory” o "YO SOY ESE YO SOY” victoria. Yo no sabía por qué seguía recibiendo estas victorias de los proyectos alrededor de la casa pero sentí que podía ocurrir por mi lado femenino, porque había sido la primera en  sentir miedo en cuanto a vivir sola y por sentirse temerosa ante cómo hacerlo. Un día decidí arreglar el ante-jardín del frente de la casa. La casa no es tan vieja pero a lo mejor tiene diez años y el clima lo había deteriorado. Muchas tablas se habían podrido y ya había remplazado unos pocos escalones.Sin embargo, mi femenino realmente quería que todos fueran reparados. Ella no se sentía segura sabiendo que, por debajo, nuestras pisadas podían albergar una tabla podrida que no pudiéramos ver pero que podría ceder en cualquier momento. Mi lado masculino, quien se mueve muy rápido, ya había comprado pintura y ¡había pintado el ante-jardín! Pero mi femenino no se sentía satisfecha y no le permitía al masculino sentir paz sin ese trabajo terminado. Ella quería que remplazara todas las tablas que estaban podridas y que hiciera el trabajo bien.Reflexionaron juntos y llegaron a un acuerdo. Él vería si podía retirar las tablas que estaban fijas con tornillos, las cuales podían ser retiradas con una pistola des-tornilladora. Sin embargo, algunas estaban oxidadas y apenas si tenían una cabeza de tornillo a la que se le pudiera dar vueltas. Si él lograba des-atornillarlas, entonces yo podía comprar las tablas nuevas. De otro modo, esperaríamos hasta que alguien pudiera construir un ante-jardín totalmente nuevo.

 



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