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          AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

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 PARTE III. EL FLUJO INTERNO DE ISIS. 2ª PARTE. 

Funcionalidad vs. Belleza                                             

Jamás había construido un antejardín ni había reparado alguno antes. Mi masculino trató de sacar las tablas con nuestra pistola destornilladora. Muy pocos tornillos salieron.Ensayó y ensayó y, eventualmente, buscó información sobre cómo quitar tornillos viejos de las tablas y fue al almacén de herramientas para ver si tenían la herramienta que se necesitaba. A él no le gusta pedir ayuda pero sí está muy dispuesto a ir a buscar una mejor herramienta que se pueda usar. Los hombres, en general, aprecian las herramientas y lo que éstas hacen. Las mujeres usan un gancho de pelo como herramienta si les toca hacerlo. Pero los hombres quieren la herramienta correcta. Mi lado masculino parecía estar alineado con la mayoría de los hombres. Así fue como compró un removedor de tornillos pero mi parte femenina no estaba contenta con el precio. Por lo tanto, ella le preguntó al vendedor de herramientas dónde podía conseguir lo que buscaba y él la condujo a un lugar donde vendían cosas a un dólar. Allí había un aparato pequeño que uno puede meter en la cabeza del tornillo para luego darle vuelta con la pistola de destornillar. Regresé, entonces, la herramienta que había comprado y, cargando con el aparato que me había costado un dólar, me fui a casa y lo ensayé. Funcionó maravillosamente bien en la mayoría de los tornillos y en unos pocos tuve que forcejear pero, logré soltar 11 tablas. Mi masculino estaba realmente contento consigo mismo por su habilidad para desatornillar pero, también lo estaba mi femenino por haber encontrado la solución correcta. Ella también se sentía contenta por haber podido comprar nuevas tablas. Eventualmente, ambos se sintieron satisfechos por haber remplazado 12 tablas por unas nuevas y por haber pintado de nuevo el ante-jardín que, ahora sí, había quedado completamente seguro para caminar sobre él.

 

Muchas veces, mi masculino necesitaba una herramienta particular para un proyecto. A veces, no podía encontrarla.  Yo buscaba por todo lado, con mi lado femenino constantemente orando al YO SOY para que nos ayudara a encontrarlo. A veces, buscábamos algo durante una hora antes de encontrarlo. El problema era/es que había tantos lugares para colocar cosas: el garage, los cobertizos, los cuartos de herramientas, las cajas de herramientas. Mi masculino tenía la idea práctica de que, si uno iba a utilizar la misma herramienta al siguiente día, ¿para qué guardarla? Con mucha frecuencia, el femenino la guardaba y él no sabía dónde la había dejado ella.  Su idea era la de, simple y sencillamente, dejar la herramienta cerca a la puerta, en un arrume organizado y limpio y allí estaría al siguiente día cuando uno iniciara el trabajo de nuevo. Mi femenino lo dejaba salirse con la suya durante un buen tiempo, dado que ella estaba tan ocupada haciendo otras cosas que dejaba el asunto de lado. Pero, un día, no pude encontrar algo y, entonces, ella simplemente intervino y empezó a guardar todo y a limpiar la entrada de la casa donde estaba la colección de herramientas. Luego de que terminó, recibió una victoria resonante del cielo por sus esfuerzos y mi masculino se quedó atónito diciendo: "¿Por qué recibe ella una victoria por guardar mis herramientas?” Mientras que mi femenino estaba muy feliz de tener el área de la entrada limpia, mi lado masculino no podía comprender del todo la necesidad de haberlo hecho cuando no había completado todos sus proyectos y aún necesitaba las herramientas.



Inmediatamente después de terminar la limpieza, vi la herramienta que había estado buscando, ¡justo en frente de la puerta, en la barandilla del ante-jardín! Esto ocurrió tantas veces que finalmente decidí ver qué era lo que estaba ocurriendo. ¿Por qué no podía encontrar cosas que, a veces, estaban ahí mismo, al frente de mis ojos? Me estaban cegando de manera deliberada y temporal para que tuviera que resolver el problema  y viera algo sobre mi lado masculino y mi femenino y cómo éstos responden de manera diferente a la solución de problemas y a las crisis. La razón por la cual mi femenino recibió una victoria por la limpieza del desorden del lado masculino, fue para permitirme ver lo que yo estaba haciendo. Esto aplicaría para todos nosotros. Muchas veces el masculino piensa que si uno va a utilizar una herramienta de nuevo, ¿para qué hay que guardarla? Si la necesidad surge para que algo sea utilizado de nuevo, ¿para qué crear más trabajo para uno guardándolo? El mismo principio puede ser aplicado a los platos, la lavada de la ropa y muchas tareas del hogar. Si los platos en la lavadora están limpios, ¿para qué guardarlos tan sólo para volverlos a sacar para utilizarlos? ¡Sólo úsenlos desde la lavadora de platos! O, ¿por qué hacer la cama cuando se van a dormir en la misma noche para volverla a desorganizar? A nivel práctico, estas conclusiones tienen sentido pero, espiritualmente, no lo tienen.

 

El femenino trae el orden, el deseo de limpieza, de belleza y de vibraciones puras.Esto proviene del cuerpo del deseo, mientras que las construcciones del mental masculino son más centradas en el crear desde la mente. Al femenino le gusta limpiar la casa y, entonces, si ella no puede lograr que el masculino recoja lo que desordena, irá detrás de él y hará la limpieza por él.

 

Pero lo que ocurre es que, con frecuencia, ella colocará la herramienta donde cree que debería ir ¡y es en otra área completamente diferente a donde el masculino lo pondría! Entonces, cuando el momento llega de que el masculino lo utilice, él no tiene ni idea de dónde lo colocó el femenino y, por lo general, ¡ella no puede recordarlo! Está tan ocupada pensando en otras cosas que no presta atención al lugar donde ella cree que debería guardarse. El masculino también piensa que el femenino está tratando de controlarlo al recoger detrás de él. Él no ve por qué ella hace lo que hace. Si él alberga resentimiento hacia el femenino en su interior y en el exterior, puede vengarse y dejar desorden adrede para probar al femenino que ¡él tiene el derecho de hacer cualquier cosa que desee y es el que manda en la casa!

 

Un día, no podía encontrar una botella de pegante para madera que se necesitaba para mi proyecto del antejardín.Busqué una hora sin encontrarlo. De nuevo, mi femenino estaba orando casi de manera desesperada: "¿Dónde, Dios, coloqué ese pegante?” Ella sabía que el masculino se estaba impacientando porque quería terminar su trabajo y se estaba perdiendo tiempo. Pero ella no lograba acordarse. Buscaron de arriba a abajo, por todo lado, una y otra vez, y no podían encontrarlo. Eventualmente, el femenino lo encontró. Ella había tenido la maravillosa idea de que cargaría muchas cosas al mismo tiempo para llevarlas al garaje y al cobertizo para ahorrarse un viaje y fue así como metió el pegante en el delantal de jardinería. Lo dejó allí ¡y se olvidó de llevar el pegante al garaje! Ellos se rieron del hecho, comprendiendo que había significado una prueba y un reto grandes, ese tiempo que gastaron trabajando juntos sin ponerse bravos el uno con el otro. Pero ellos no pelearon ni se culparon el uno al otro. Cuando las cosas se pusieron difíciles para uno de los dos (generalmente ocurría en el lado masculino), el femenino siempre estaba allí apoyándolo.Su primera reacción siempre era la oración. Después de todo, ella es el lado que nutre. La de él era la de seguir ensayando y jamás rendirse o irse por el camino más fácil. Pero él realmente necesitaba el lado femenino para animarlo a hacer las cosas hasta la perfección y para no tratar de tomar atajos con el fin de hacer las cosas más rápido. Ellos aprendieron a honrar las diferencias enel otro y a apoyarse el uno en el otro. Y  lograron muchísimas cosas al trabajar juntos.

 

Los retos de detener el Más                                          

Como lo dije, los mayores retos estuvieron en el lado masculino. Él no desea darse un tiempo para comer una vez que empieza un proyecto y puede continuar todo el día sin alimentarse. Mi femenino se preocupa un poco de que le haga daño no comer pero mi Presencia YO SOY le hace saber que no es ningún problema. Entonces, mi femenino empezó a cocinarle comidas, tarde en la noche, y él recompensaba las comidas que había perdido comiendo más, más tarde.El otro problema que tiene el masculino es que no sabe cuándo detenerse. Él desea continuar, no se detendrá jamás para comer ni para tomar un descanso y trabajará hasta muy tarde. Esto sólo cuando tiene un proyecto. Ama terminar las cosas, le produce una gran satisfacción y lo ve como una victoria,  incluso si el proyecto no está hecho correctamente. Piensa que, cuando uno empieza algo, debe terminarlo sin detenerse y entre más rápido, mejor. Entonces, mi femenino le ha ayudado a él a disfrutar el proceso y a ir más despacio. Si ella ve que algo no puede ser terminado en un día, divide el proyecto en componentes y sugiere al masculino que empiece un proyecto teniendo en mente la meta final que exige que uno sólo termine un componente. Eso ha funcionado muy bien. Por ejemplo, para pintar la parte externa de la casa, ella sugirió que él pintara el frente de la casa durante una semana, el lado de la casa en otra, y así sucesivamente. Él aceptó el reto y cuando llegó el momento de pintar otra sección, ella recibía la intuición sobre el momento en el que debían hacerlo y lo inspiraba a él a empezar de nuevo.

 

Con frecuencia, el masculino se siente abrumado con el panorama general. Piensa que tiene que lograr todo en un día y esto le causa una gran angustia, el saber que no puede hacer esto él solo. Sin embargo, tratará de hacerlo, tratará de hacerlo todo, él mismo. Entonces, mi femenino le ha enseñado a relajarse y a confiar en Dios YO SOY para hacer algo importante cada día. Luego, después de que obtenga su logro importante, puede elegir hacer cualquier otra cosa que le guste hacer. Ahora él se siente más en paz y ha empezado a pedirle al YO SOY, cada día, que le guíe en aquello que sea la tarea más importante por hacer en ese día. Él siempre luchará por hacer eso de primeras, de modo tal que si algo surge durante el día, puede ajustar los cambios sin sentirse abrumado. Así,siempre obtendrá esa sensación de logro, incluso si hay muchas cosas que aún no se hayan terminado.

 

Dado que mi femenino es muy intuitivo y con frecuencia sabe cuándo es el momento exacto para hacer algo, mi masculino ha aprendido a confiar en ella y él la seguirá. Ella puede sugerir: "Vayamos al pueblo hoy y hagamos nuestras compras”. Por lo general, a él no le importa para nada porque él siempre necesita algún tipo de herramientas o de materiales para sus proyectos y tiene que esperar hasta que ella reciba la inspiración de que ya es hora de irse. Ella es muy económica con el dinero y con el tiempo, y ha aprendido a seguir su intuición porque siempre sale bien. Si va al pueblo cuando se siente inspirada, siempre recibe una recompensa y encuentra algo agradable o una sorpresa. Ella ama encontrar cosas que estén en rebaja porque puede gastar el dinero extra en plantas.Ama la jardinería, comprar plantas y embellecer el jardín y la casa. Entonces, las lleva a la casa ¡y el masculino tiene que plantarlas! A ella no le gusta el trabajo duro y al masculino con frecuencia le toca la parte difícil de abrir el hueco en la tierra para las plantas. Pero, a él no le importa si ella le permita elegir dónde deben ir en el jardín. A veces, no pueden decidir qué es lo mejor y tienen que pedir una guía del cielo. Ambos están de acuerdo en que quieren lo mejor para las plantas y, a veces, es mejor sólo pedir guía de lo Alto.

 

Mi lado masculino no es tan diferente al de muchos hombres. A él le gusta ser el héroe ante los demás. Él desea ser admirado por hacer algo bien hecho y ser un buen solucionador de problemas, y no desea que le culpen por cometer un error. Pero, si uno resuelve un problema, uno también tiene que asumir la responsabilidad de tomar las decisiones y las consecuencias. Entonces, a él le gusta hacer algo en deferencia al femenino y hacer que ella tome la decisión ¡y así nadie lo puede culpar a él si la cosa no sale bien!

 


¿Indecisión o Intuición?                                                  

Tan usual como lo es para la mayoría de las mujeres, ¡a ella no les importa asumir el control! A mi lado femenino no le importa tomar decisiones, ella realmente se siente segura al hacerlo. Mi lado masculino fácilmente la deja hacerlo, siendo su problema más grande el tener la paciencia de esperar hasta que ella tome la decisión sobre cuál es el mejor paso que se debe dar. Lo que el masculino no ve es que el femenino no está decidiendo, ella está discerniendo a través de la intuición qué es lo correcto y cuándo. Pero a ella no le gusta tener muchas opciones y le cuesta mucho comprar cuando los estantes están llenos con 50 tipos de pasta de dientes de tantos colores para elegir. Esto abruma sus sentidos y le toma mucho más tiempo el tomar una decisión con tantas opciones. Sin embargo, ella no puede dejar que el masculino elija porque a él no le importa qué color ni que marca, él sólo compra lo que es necesario y punto. A ella le importa cómo se ven las cosas, como funcionan juntas y si son agradables al ojo y si son armoniosas entre ellas. Entonces, por lo general, él da un paso atrás y ocupa su tiempo en pensar en otra cosa mientras que ella gasta media hora eligiendo el mismo color de todas las opciones. De ese modo, él nunca va a escucharla quejándose de que no le gusta algo que él hubiera elegido y con lo que ella no puede vivir.

 

A mi lado femenino le parece muy aburridor el lidiar con el lado técnico de las cosas y ella maneja la intuición cuando tiene que hacer que algo funcione. A mi masculino no le gusta ensayar cosas nuevas y, por lo tanto, juntos no son grandes adeptos de reparar maquinaria ni cosas de ese estilo. Pero, si mi lado femenino puede aprender algo sintiéndolo o bajo ensayo y error, explorará nuevas cosas, de modo tal que puede crear algo, dado que ama crear. Ella sabe que no recibirá ninguna ayuda de su lado masculino en cuanto a lo técnico y, por lo tanto, no espera ninguna ayuda por ese lado, por lo que no siente ningún resentimiento al tener que manejar la cosa sola y "sentir” la salida del problema. A él no le importa su proceso de explorar mientras que ella no le exija que contribuya de alguna manera.

 

Durante la época en que yo estaba reparando y poniendo la casa bonita, no tenía la menor idea de esta interacción entre mis lados masculino y femenino. La mayoría de nosotros no prestamos atención ni comprendemos que, a nivel interno, sostenemos este diálogo ni sabemos cómo tomamos decisiones de manera constante, basados en nuestras necesidades femeninas o las necesidades masculinas. Yo no hubiera tomado conciencia de esto, sino que los Maestros me mostraban constantemente que estaba obteniendo victorias en mis proyectos. Al principio pensé que la victoria estaba en el hecho de haber arreglado algo. Luego, un día, conversando con algunos amigos, empecé a contarles historias de cómo a una parte mía le gustaba hacer cosas de una manera mientras que la otra parte mía tenía otra manera de hacerlas. Percibí que estos eran nuestros lados femenino y masculino que están al interior de cada uno. He estado enseñando sobre el flujo del ISIS durante años pero, jamás comprendí realmente cómo podemos obtener este flujo del ISIS entre nosotros dado que, primero, debemos sanar el flujo del ISIS en nuestro interior.

 

Cuando el lado masculino de uno honra y ama las contribuciones del femenino en su vida, entonces uno experimenta algo que se ha perdido en este planeta durante un ya largo tiempo. Cuando la parte femenina de uno puede expresarse a sí misma y no ser menospreciada por su lado masculino, que la puede ver como controladora, inferior, ignorante o incapaz de comprenderlo, entonces uno encontrará la "Paz que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7).

 

San Pablo escribió una carta a algunos cristianos. Él trata de explicar esta lucha entre nuestros miembros cuando nuestro lado masculino no le permite al femenino Ser. Léanlo de nuevo bajo la perspectiva de la guerra entre los miembros:

 

Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago, antes lo que aborrezco, aquello hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mí.

Y yo sé que en mí (es decir, en mi carne) no mora el bien; porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.

 

Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: Mas veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?


Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado (Romanos 7:14-25).

 

Paul realmente está describiendo la lucha del lado masculino contra el femenino. Permítanme escribirlo de nuevo adicionando algunas palabras:

 

Porque lo que hago,(el ser masculino) no lo entiendo; ni lo que quiero, (el lado femenino) hago, antes lo que aborrezco, Y si yo (el ser femenino)lo que no quiero, esto hago,apruebo que la ley es buena.

De manera que ya no soy "Más” Yo (la mente carnal) que obra en mí, sino el pecado que mora en mí.

Porque sé que en mí (la mente carnal) no mora nada bueno; porque tengo el querer (el verdadero ser masculino) presente (en) mí; pero efectuar el bien (el ser femenino) no lo alcanzo. Porque el bien (el ser femenino) que quiero, no lo hago; mas el mal que no quiero, éste hago.

 

Y si yo (la mente carnal) hago lo que no quiero, ya no obro  "Más" yo (el ser femenino/masculino) sino el mal que mora en mí.

 

Así que hallo esta ley, (las mujeres son inferiores a los hombres) que queriendo hacer el bien, el mal está en mí. Porque me deleito en la Ley de Dios según el hombre interior (equilibrado en el Ser ISIS):

 

Mas veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley (las mujeres son inferiores a los hombres) de mi espíritu, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

 

¡Miserable hombre que yo soy! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy a Dios, a través de Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente (Crística) sirvo a la ley de Dios, mas con la carne (la mente carnal) a la ley del pecado.

 

En la parte IV hablaré largo y tendido de mi relación como Mensajeros con mi llama gemela y las etapas que condujeron a la separación de las llamas gemelas.

 


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